Instintos Asesinos

Como siempre, junto a Gran-Friki fastidiábamos a Juan -un niño de unos 12 años- cuando por su mente se cruzó un malvado pensamiento.
Esta vez no lo fastidiábamos como de costumbre: Yo lo sostenía, Gran Friki lo golpeaba; luego él lo sostenía… Y así.
Lo tiramos al piso y lo golpeamos; nos preguntamos: ¿Y por qué no lo matamos? –De broma, por supuesto-. Lo soltamos y corrió a buscar un arma.
Era un cuchillo de unos 30 cm. de largo, con el cual se dirigió a Gran Friki dispuesto a asesinarlo.
Él alcanzó a detener su mano que con violencia se acercaba a su cuerpo y cuando pensó quitarle aquella peligrosa arma no pudo, pues estaba propenso a recibir una puñalada.
Yo como buen amigo, permanecía sentado al lado de ellos a uno o dos metros. xD
Es que nunca pensé que en realidad lo que quería hacer era liquidar a Gran Friki.
Vi en su cara la ira y la cara de asesino y fue recién ahí cuando me di cuenta de que no era un juego, como en todas las ocasiones anteriores.
Gran Friki, aun tratando de quitarle el arma y yo incorporándome para ayudarle a mi amigo; un cuadro bastante cómico: un niño de 12 contra dos; uno de 15 y uno de 16.
Logramos arrebatarle el arma y ¡PAF!... ¡Al suelo!. Allí por un momento más lo golpeamos, pero esta vez enserio (no tan enserio, pero muy asustados) y le hablamos fuerte.
Después de un rato seguimos siendo tan “amigos” como siempre de ese peligroso individuo: Él continuo molestándonos, y nosotros persiguiéndolo y golpeándolo.

NOTA: Esta historia es totalmente verídica.